Situaciones vergonzosas que las toallas femeninas nos hacen pasar

Todas las chicas en el mundo hemos pasado por mil y un cosas vergonzosas mientras pasamos nuestro periodo como tener cara de cólico, comer mil antojitos o sufrir con ¡las benditas toallas! Las toallas y los tampones son los protagonistas de los mejores osos de tu vida.

Por eso he recreado todos esos escenarios comunes y súper vergonzosos que las chicas sufrimos con las toallas sanitarias y tampones. Estoy bastante segura de que la mayoría de ustedes tendrán una sonrisa en el rostro al leer el artículo.

Romper la cuerdita del tampón

Cuando apresuradamente intentas cambiar tu tampón y por las prisas lo jalas muy fuerte y la cuerda se rompe justo en ese momento, entonces te maldices eternamente por ser tan torpe, y empiezas a preocuparte e imaginarte que terminarás en urgencias al no poder sacarlo.

Que te baje y no estar preparada

Hablo de ese momento incómodo cuando no tienes toallas y tienes que ir al oído de tu besttie para susurrarle “¿tienes una toalla?” para que después te diga que sí y te la pase como si fuese droga.

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Dar explicaciones a los pequeños de tu familia

Cuando tu hermanito encuentran las toallas en tu bolso o cajón, entonces se encargarán de tener mil dudas acerca de eso que sólo te pondrán incómoda porque no tienes ni p* idea de qué más contestarle además de un “No sé, pregúntale a mamá”.

Tu mamá dando explicaciones

Porque obviamente es más divertido cuando tu mamá está intentando de explicar las dudas de los hermanitos siendo lo más prudente posible, mientras que tu hermanito no está entendiéndole nada.

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Comprarlas

En la farmacia me he topado a muchas chicas tímidas que intentan pedir toallas lo más discreto posible, pero por ejemplo las chicas que saben que es natural, no les da pena y terminan pidiendo sus toallas en tono normal, termina siendo observadas por todos los presentes ¿WTF? No es como si estuviésemos comprando drogas o vendiendo órganos.

Mandar a tu chico por el “encargo”

Si hay algo más vergonzoso que ir a comprar toallas sanitarias, es tener que mandar a tu chico por ellas, pero viéndolo por un lado positivo es como una prueba de fuego de la relación, si va y vuelve con las correctas y una caja de chocolates ¡Puedes casarte con él sin dudas!

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El ruido de la envoltura delatándote

Ya sea que estés en la casa de tus suegros, en una cena familiar o en cualquier evento donde nadie hace ruido y tú por más que intentas que nadie note que te estás cambiando de toalla y la envoltura de ella hace el mayor ruido posible para que todo el mundo se entere.

Cuando se te mueve de lugar

Uyyyyy… esta es un clásico, cuando haces un mal movimiento y tu toalla decide asomarse y saludar a todo mundo ¡Y peor! Cuando traes falda o short y sólo caminas rápidamente al baño, esperando a que nadie se dé cuenta de que tu cara está quemándose.

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Cuando no duró lo suficiente

Con el tiempo nos volvemos unas expertas administradoras de toallas sanitarias, pero siempre hay excepciones, como cuando sin darte cuenta tu toalla no duró hasta tu próximo cambio y terminas manchando tu pantalón.

Ponerte al revés la toalla

Si, del lado del pegamento y darte cuenta ya muy tarde cuando tienes que despegarla y saber que tendrás una dolorosa depilación gratuita.