Situaciones graciosas que sufrimos cuando estamos a dieta

Estar a dieta es como una relación de pareja, requiere tiempo, esfuerzo, resistencia y más que nada llevarte bien con ella aunque a veces duela. Sin embargo a veces pasamos por varias situaciones (no incómodas) pero sí graciosas si las vemos desde otra perspectiva:

Tu estómago pide auxilio

Como tú no le haces caso a sus “necesidades” de antojitos, pide ayuda y te delata con otras personas, rugiendo y haciendo ruidos lo más fuerte posible ¡Que osoooo! Y lo peor es que se espera a que todo este en silencio para ponerte en ridículo.

estomago rugiendo

Ver a tu nutriólogo es peor que ir por tus calificaciones parciales

Ir con el nutriólogo se vuelve tan traumante cómo ir por tu promedio a la escuela, porque no sabes si te fue bien o estás valiendo poop.

auh

La comida que no puedes comer se ve más deliciosa de lo normal

Estás comiendo con tus amigos o familia y alguien saca una bolsa de frituras, no logras evitar hacer cara de cachorrito con hambre.

delicia

Todos te preguntan si estás a dieta

Si comienzas a verte más delgada, no falta el metiche con esa pregunta tonta “¿Estás a dieta?” y no siempre es muy cómodo admitirlo. Pero bueno al menos el metiche cumplió la misión de hacerte saber que vas por buen camino.

a dieta

Fingir estar satisfecha

Terminaste de comer y pones cara de “Uuyy ya me llené, no quiero postre gracias”, pero por dentro tu estómago y tu corazón te dicen “¿Cómo te atreves?”.

fingir

La señora de las empanadas te acosa

No importa a donde vayas o qué estés haciendo, siempre estará esa señora cerca de ti, sonsacándote e intentando corromperte con sus deliciosos y engordadores productos.

nooo

Comes a escondidas

Encuentras un chocolate en tu alacena, volteas a ver si no hay nadie cerca y te lo comes rápido ¡Por favor no seas paranoica! como si alguien te fuese a regañar o estuvieras cometiendo el más grande de los delitos.

escondidas

La báscula se vuelve tu enemiga

No importa cuánto te esfuerces o si te ves más delgada en el espejo ¡la maldita báscula no coopera! seguirá diciéndote que pesas lo mismo (si no es que más) y se burlará de ti por siempre.

bascula