Cosas que pasan por tu cabeza cuando notas que has subido de peso

Dios se equivocó al crear a la mujer. ¿Qué le costaba hacer que no engordáramos jamás? Pero eso si, bien que nos dio hormonas que nos atacan cada mes y nos obligan a comer como puerquitos.

Y éste es el resultado.

1. Tengo más llantas que un trailer.

¡No puede ser, las lonjas no me respetan ni tantito! Unos kilitos de más y ya me están atacando por todos lados. Son como una plaga.

2. Los bikinis se han extinto para mí.

Aunque me duela, no tengo el valor de ponerme uno. Pero esa será mi motivación para recuperar mi figura.

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3. Aún estoy a tiempo.

¡Mientras existan las dietas, la esperanza prevalecerá!

4. ¡No me toques!

Cuando subo unos kilitos me pongo bastante irritable y odio que mi novio me toque el abdomen. Ya sé que no es su culpa, pero ¡ahh! ¡Lo odio!

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5. Me voy a volver una bola.

Me siento una bola de nieve, entre más pasan los días, más grande me veo.

6. No me volveré a sentar jamás.

Un día me senté y noté que se asomó un bulto en mi abdomen, y fue ahí donde me di cuenta que había subido de peso.

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7. No puedo dejar de comer.

¿Por qué todo tiene que ser tan delicioso? ¿Cómo quieren que baje de peso, si todo lo que me gusta engorda?

8. ¿Cómo es que llegue hasta aquí?

¡Ah sí, ya me acordé! Fueron todos esos tacos, pizzas, pan dulce, refrescos y garnachas que me comí durante todo este tiempo.

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9. Mi trasero ya no cabe en este mundo.

¡Ya no tengo qué ponerme! Mi trasero se rehusa a entrar en mi ropa.

10. ¡Oh! ¡Me crecieron las bubis!

Bueno, al menos de entre tantas cosas malas, hay algo bueno.